Redacción. Pamplona
Un nuevo procedimiento de ablación por radiofrecuencia consigue reducir en un tercio el tiempo de intervención habitual para tratar la fibrilación auricular no persistente o paroxística. La Clínica Universidad de Navarra es uno de los cuatro centros españoles que cuenta con la tecnología que posibilita realizar la ablación con radiofrecuencia alrededor de las venas pulmonares con un único impacto de energía. La técnica, aplicada por la Unidad de Arritmias de la Clínica, precisa únicamente de anestesia local más sedación y un ingreso de solo 48 horas.
Alfonso Macías (izq.) e Ignacio García Bolao, ante el nuevo equipo de electrofisiología para ablación de la fibrilación auricular.
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La fibrilación auricular no persistente o paroxística es la arritmia cardiaca sostenida más frecuente y se caracteriza por la descoordinación del ritmo de contracción de la aurícula, lo que puede ser fuente de trombos y embolias y, como consecuencia, de complicaciones cardiovasculares importantes. En el conjunto de la Unión Europea, esta patología afecta a cerca de 4,5 millones de personas. Hay que tener en cuenta que el aumento de la fibrilación auricular está asociado al envejecimiento de la población, motivo por el que está previsto que esta patología aumente 2,5 veces de aquí al año 2050.
Ablación por cateterismo convencional
En la actualidad, cuando los fármacos no han resultado efectivos, la técnica más frecuente para el tratamiento de la fibrilación auricular paroxística es la ablación o lesión de la zona donde se produce el estímulo causante de la contracción irregular de la aurícula. El objetivo de este procedimiento reside en aislar el lugar donde se produce la alteración e impedir que se propague el impulso eléctrico.
La técnica más extendida para realizar la ablación consiste en la introducción de un catéter por el interior de la vena femoral hasta llegar a la región del corazón donde se produce la alteración. Los cardiólogos alcanzan la zona donde ocurre la conexión eléctrica errática, situada normalmente alrededor de las venas pulmonares. Una vez allí, con el extremo del catéter realizan descargas de energía y provocan una lesión (ablación) que consigue interrumpir esa transmisión anormal del impulso eléctrico. En la Clínica Universidad de Navarra, centro con amplia experiencia en técnicas de ablación para tratar la fibrilación auricular, la fuente de energía empleada son las ondas de radiofrecuencia.
Ventajas y eficacia del nuevo equipo
La principal ventaja que aporta el nuevo equipo reside en que el catéter cuenta en su extremo distal con un cabezal circular que emite en un solo impacto ondas de radiofrecuencia. En muchos casos, una única aplicación de radiofrecuencia permite efectuar de una vez una ablación en todo el perímetro de la vena pulmonar. Ignacio García Bolao, director del Departamento de Cardiología y Cirugía Cardiaca de la Clínica Universidad de Navarra, ha explicado que la diferencia con la técnica convencional estriba en que mediante el procedimiento habitual “se realiza la ablación punto a punto para lesiones que muchas veces son pequeñas, por lo que la intervención puede resultar larga y compleja. El nuevo sistema permite una eliminación más global de la arritmia mediante un catéter especial de cabezal redondo, cuestión que consigue reducir el tiempo de intervención resultando más eficaz para el paciente y para el especialista”.
En torno a un 80 por ciento de éxito
En cuanto a los resultados obtenidos con la nueva técnica respecto a los que ofrece el procedimiento habitual, el facultativo subraya que la eficacia alcanzada a día de hoy es similar, con cifras situadas en torno a un 80 por ciento de éxito. Además, la reducción del tiempo de intervención repercute en una disminución del riesgo de complicaciones durante el procedimiento, así como en una mayor comodidad para el paciente, añade. Según ha explicado Alfonso Macías, cardiólogo de la Unidad de Arritmias de la Clínica y especialista en electrofisiología y arritmias, la potencia de radiofrecuencia empleada es menor con la nueva técnica, cuestión que también beneficia al paciente. “Si con el sistema convencional empleamos una potencia de entre 30 y 40 watios de radiofrecuencia, con el nuevo se utilizan entre 3 y 10 watios”, ha apuntado el especialista. Con el catéter de cabezal circular, las ondas de radiofrecuencia se emiten entre dos pares de polos. Además, el nuevo equipo permite el registro simultáneo de las señales cardiacas.
Con la nueva técnica, el sistema de imagen que los cardiólogos emplean para alcanzar la región alterada también se simplifica, ya que se realiza mediante radioscopia (rayos X). Para el procedimiento convencional, la Clínica Universidad de Navarra cuenta además con tres Sistemas de Navegación No Fluoroscópica que ofrecen, basándose en las imágenes obtenidas del propio paciente mediante escáner, una recreación virtual de las cavidades cardiacas en tres dimensiones que permite la navegación y visualización del catéter de una forma más precisa.
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